Adéle es intensa, es irracional, irreparable. Adéle es una pendiente al vacío que te arrastra, porque siempre eres ella, aunque no quieras. Adéle es vacíos e incluso respuestas. Y a veces, ahí, asomada a un vacío inexistente, la vislumbro, la siento, me respiro. Nos lloramos.
Adéle es amor incondicional, anti circunstancial. Es el amor materno de la madre que no existe, es la vida de la vida que ya no lo es. Adéle parece agruparlo todo y en el fondo sabes que no es nada, que tu tampoco lo eres. Esa es la respuesta."
Vi la película "La vida de Adéle" un día cualquiera de fin de semana por la noche, hace indefinido tiempo. Se agrupaba entre mis incontables recomendaciones, pero la creía un gran cliché convertido en película y vidas inexistentes. Una película que dijese "el amor lésbico también existe" pero se quedase tan solo en eso. Y me equivoqué, como tantas veces lo hago con las películas.

La vida de Adéle se caracteriza por la cantidad de signos sutiles que el espectador recibe sin apenas darse cuenta, descifrando así unos sentimientos y opiniones que si quiera son necesarias decir. Es una película jodidamente visual, el amor no podría ser de otra manera.
Me alucina la cantidad de repeticiones sutiles que se dan a lo largo de la película, (Adéle repite el plato de su padre, termina haciendo samosas de gambas que era lo que más detestaba antes de conocer a Emma, pide vino blanco cuando quedan después de meses con la esperanza de una vuelta atrás, que fue lo que la sirvieron en casa de Emma la primera vez que fue.Vuelve al banco en el que se reunían al principio, vuelve al tabaco.) Me alucina el tratamiento del tiempo, como realmente tienes la sensación de que ha pasado mucho tiempo, como te ahoga esa sensación de que se ha escapado de una manera u otra, como te das cuenta de que realmente todo te lo han mostrado con cuentagotas. Me alucina la actuación de todos y cada uno de los actores. Me alucina prácticamente absolutamente todo de la película.

Quizás por eso quería leer el libro, y sin embargo no volver a ver la película nunca más. Pero aquí me encuentro, tras haberla vuelto a ver y sentirme magníficamente bien durante toda la película pero cayendo por el mismo vacío existencial en el que me encontré la ultima y primera vez que la vi por completo.
He de decir que la novela gráfica está a años luz de la película (y jamás creía llegar a hacer ese comentario al relacionar un libro y su adaptación audiovisual). Comenzando por el lenguaje, tan extremadamente simple, me resulta tan falso en ciertos puntos... La historia, también resulta falsa en todo momento, se hace completamente inentendible hasta el punto de parecerme cliché en muchos aspectos. Me da la sensación de que la autora, desde mi punto de vista, no ha sabido controlar bien los momentos de interés y lo ha llevado todo al límite de una manera muy poco creíble y espontánea (Cuando los padres de Clementine pillan a Emma desnuda en su casa, cuando Clementine muere de repente, la pelea con sus amigas que a pesar de aparecer también en el libro cambia por completo, tiene un tratamiento totalmente distinto, la relación tan gratuita que se nos muestra de Emma y su novia Sabine, e incluso la relación de Clementine y Emma resulta completamente forzada y gratuita). Tampoco me ha gustado que las protagonistas sean (o parezcan) masculinas, porque me parece que se adapta al cliché de amor lésbico.
A pesar de todo ello, debo sentirme completamente agradecida a la novela gráfica por existir, porque sin ella no existiría esta maravillosa película que en cierto modo me marcó y he de admitir que me ha vuelto a impactar esta otra vez que la he visto.
PD; Gracias también al tratamiento del sexo, porque era completamente necesario y lo sigue siendo. Viva la naturalidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario