Fui a ver esta película ayer mismo al cine, he de decir que incluso un día después no sabría definir una opinión fija sobre la película.
Lo que si que sabría decir es que la película de László Nemes no me ha dejado indiferente, se narra la historia de un hombre judío húngaro destinado a un campo de concentración como incinerador de cadáveres, son 107 minutos de película de pura desesperación acompañada con la dosis de esperanza que nos caracteriza como humanos.
La originalidad reside en el punto de vista del espectador, que viene dado por planos secuencia constantes. Lo que me hace sentir claustrofobia es que en todo momento nos vemos acompañados por la espalda de Saúl o por primeros planos pero con el resto del plano difuminado, por lo que desde el minuto uno solo sentimos ruidos de fondo y nos dejamos llevar por sus expresiones y las cosas que él mismo ve de cerca.
Esto al principio la hace bastante pesada teniendo en cuenta la escasez de diálogo, pero a medida que la película va avanzando comienzas a notar ese agobio constante, te metes en la piel del personaje, vives la experiencia casi en primera persona, como alguien que le acompaña y llega incluso a comprenderle. Lo cual es bastante difícil debido a la frialdad del personaje, un hombre condenado a vivir entre cadáveres y a colaborar en el exterminio de los suyos, hay que resaltar también la inigualable actuación de Géza Röhrig que me conmovió con ese personaje tan logrado al que se le termina incluso cogiendo cariño.
Básicamente es una historia de esperanza, de esfuerzo pese a las circunstancias. La trama podría resumirse en el mantenimiento de sus creencias aún cuando han logrado casi deshumanizar a una persona arrebatándole todo lo que tiene y tenía. Ya no solo por su esfuerzo y empeño en la búsqueda del rabino para darle una muerte digna al niño que encuentra sino también en sus esfuerzos por llevar a cabo un motín que les libere.
Nunca había visto una película sobre la primera guerra mundial de estas características, que te haga ponerte en el papel de un personaje de estas características de esta manera tan agobiante.
Me ha gustado la sensación de salir del cine sin saber que pensar sobre ella, sin terminar de entender las cosas, la sensación de haberme puesto prácticamente en la piel de Saúl y aún así darme cuenta al final de que no le conocía en absoluto. Esa transmisión de lucha y esperanza y la visión de sus demás compañeros por una causa que ven perdida e incluso insignificante. Esta historia cumple la estructura de cualquier historia que trate sobre la superación, cualquier tipo de superación, pero desde un punto de vista muy original y que, aunque en ocasiones resulte pesado y aburrido llega a conmoverte.
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