
Audrey Hepburn, eterno ejemplo a seguir se vió ligada a las experiencias y pensamientos de una pequeña niña nacida en 1929 (al igual que ella) y que sufrió de primera mano la hipocresía nazi, viviendo bajo un sistema de opresión e injusticia a todos los niveles.

Ana Frank, su familia y acompañantes son un ejemplo de superación e inspiran fe por los cuatro costados, pero sobretodo ella. Desde luego, este mundo perdió a un gran genio debido al egoísmo, y fue todo un milagro el poder conservar a día de hoy estos escritos tan interesantes, o al menos, lograr concienciarnos sobre el augurio que tuvieron que vivir ciertos colectivos sociales por el echo de que alguien decidió que las creencias eran motivo de separación y no de aprendizaje o conocimiento.
Pensemos en su familia, en los integrantes de esa casa y en su nivel de cultura y ganas por aprender, nos falta mucho de eso a las generaciones de hoy día, nos falta esa curiosidad por el exterior, nos falta agradecer lo que tenemos, mirar al cielo y luchar por verlo todos lo días. Encerrarnos para lograr alcanzar la libertad y la paz. Nos faltan paredes llenas de personas que han cambiado este mundo y por ello, nuestra manera de ver las cosas. Ana adoraba a ese tipo de gente, puesto que eran personas con aspiraciones en la vida, y mucho que decir; qué desgracia que ella nunca llegase a saber que se convirtió en una de esas personas.
"Mientras puedas mirar al cielo sin temor, sabrás que eres puro por dentro y que, pase lo que pase, volverás a ser feliz."
Eso me lleva a preguntarme si el éxito después de la muerte es éxito. Ana no lo sabe, nadie lo sabría. Lo cierto es que hoy en día sigue viviendo con nosotros, sigue siendo un mito, por decirnos tanto, hacernos sentir tanto con tan poco. Y nos lleva a la reflexión de las miles de vidas que perdimos y seguimos perdiendo hoy día por ideología, la de talento derrochado por hipocresía. ¿Qué le estamos haciendo a este mundo?
Ana me ha enseñado a agradecerlo todo en esta vida, a sentirme orgullosa de lo que soy y lo que tengo. Ana es un ejemplo de superación en toda regla, es pura inspiración, conocimiento y madurez. Ana es la Alejandra que conocí cuando tenía 13 años, Ana es una lucha interna y externa constante.
Gracias a Miep y demás ayudantes por ser protectores, y fe personificada. Y gracias a Otto por extender el diario de su hija, y sobretodo su historia. Por dedicar una vida a expander la justicia y la paz.
"Me he recluido en mí misma, me he mirado sólo a mí misma, y he escrito de modo imperturbable todas mis alegrías, mofas y llantos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario