Edie Sedgwick, la antidiva mortal (Factory girl y derivados)

tenía la piel fina porque en su cuerpo solo entraba humo, y aún así se atrevieron a tirar de ella y convertirlo todo en imagen barata de fábrica. Por eso fue una factory girl, una chica de fábrica barata. Porque su dulzura se desvivió por sobrevivir en una vida que no entendía porque ya hacía años que no tenia sentido.

Murió como terminan muriendo los grandes, sin ninguna explicación y dejandonos con la pregunta de si se quitó la vida porque llevaba mucho tiempo muerta o es que la habían matado.

Sus delgadas y frágiles piernas siempre cubiertas de negro y de una larga capa de ropa nos marcó una etapa, sus ojos siempre cubiertos, su boca, también. Ahí es cuando alcanzamos a oirla decir que convirtió de su cara una máscara porque no creía poder ser guapa. 

¿Cuantas vidas bellas, luchadoras, dulces, pacientes, inspiradoras más nos llevaremos por delante participando en este gran colectivo llamado vida? Bajo esa máscara una vez habitó un humano (Daughter-Human), un humano que habría removido el mundo con su originalidad y fragilidad. Un animal sin anikmos pero dispuesto a comerselo todo. Al final termina siendo la historia en la que o comes o te ves comido.

Este tipo de historias siempre terminan presenciando huidas, en el mejor de los casos.

Perseguida, acosada, usada, muerta,portando anoréxia, portando muerte, desenfrenada.

sobre Edie Sedgwick